Hace ya mucho tiempo, en una galaxia muy lejana...
Bueno, ni era una galaxia, ni estaba tan lejana, pero si que fue hace ya tiempo, una fría mañana de invierno decidí hacer una crema de champiñones.
Con gran esmero limpie los champiñones, poche la cebolla, añadí caldo e incluso me atreví a echar un chorrito de nata cuando batía la crema para que quedara más cremosa, etc...
A día de hoy sigo sin saber que fue lo que hice mal, pero os prometo que jamas en mi vida había probado nada más asqueroso!! No había forma humana de mejorarla y mucho menos de comérsela.
Esa crema de champis dejo huella en nuestra familia y si alguna vez le pregunto a mi marido que si le gusta alguna cosa, el muy amablemente me responde "Cari, ya sabes que a mi me gusta de todo, menos tu crema de champiñones.."
Pues desde entonces les he cogido respeto al cocinarlos y los champis se me atascan muy a menudo y no me salen todo lo buenos que quisiera, pero el otro día me sentía inspirada y por fin di en el clavo con una receta que hizo que hasta repitiésemos!! Así que ahí os la dejo.
Ingredientes
500 gr de champiñones
2 cebollas pequeñas
3 dientes de ajo
1/2 litro de caldo de pollo (o si no Agua y una pastilla de caldo de carne)
1 cucharada de harina
Sal
Preparación
Limpiamos bien los champiñones y los partimos en cuartos.
En una cazuela baja ponemos a calentar un chorro de aceite. Picamos en cuadraditos pequeños la cebolla y los ajos y los añadimos a la cazuela cuando el aceite esté bien caliente. Cocinamos hasta que la cebolla esté doradita.
Añadimos después una cucharada de harina y cocinamos hasta que la harina coja un poco de color.
Añadimos los champis y le añadimos la sal. Rehogamos junto a la cebolla y los ajos.
Añadimos después el caldo de pollo (o el agua y la pastilla de caldo). Una vez que el caldo rompa a hervir bajamos el fuego y los dejamos que vayan cocinandose.
Mantenemos los champis haciéndose unos 20 minutos sacudiendo de vez en cuando la cazuela para que la salsa ligue. Apagamos y ya están listos para comer.
Comentarios
Cuando pongamos el aceite a calentar le podemos añadir una guindilla cayena y les dará un toquecillo picante muy rico, aunque conviene retirarla de la sartén antes de añadir la harina a la cazuela.
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